¡Llamando a la Tierra desde Mobius Digital! Cuando empezamos a desarrollar Outer Wilds, nuestro objetivo era diseñar un juego que permitiera explorar entornos gigantescos y peligrosos sin que nada indicase el camino.
Soltamos al jugador en un mundo que no gira en torno a él; un sistema solar que ni se inmuta ante su presencia. La enorme cantidad de astros que hay alrededor del sol orbitan y cambian con el paso del tiempo. Cada uno decide cuándo y por qué quiere explorar los misterios que oculta cada planeta, luna y estación espacial.
Para explorar, el jugador debe aprender a navegar por el espacio sorteando peligros. Una de las primeras fuentes de inspiración del equipo de Outer Wilds fue la representación realista de la exploración espacial que vimos en películas como Apolo 13 o 2001: Una odisea del espacio.
En el espacio no hay fricción, el oxígeno y el combustible son limitados, y los planetas están llenos de amenazas tan letales como inesperadas. Outer Wilds presenta todos estos retos al jugador mediante una simulación en tiempo real de las físicas del sistema solar.
Este sistema es el responsable de que ocurran cosas impredecibles que pueden añadir un plus de peligrosidad durante una expedición a unas ruinas antiguas. Los jugadores tendrán que echar mano de la mochila propulsora, el rastreador, el traductor, el detector de señales y, sobre todo, su propio ingenio para evitar los peligros del sistema solar. Como el conocimiento se conserva de un ciclo a otro, a veces es necesario hacer viajes sin retorno para descubrir nueva información, algo que puede inducir crisis existenciales en los jugadores.
Los entornos están hechos a mano para que encajen a la perfección con la narrativa y el sistema de juego. El ciclo de 22 minutos permite que cada zona del juego cambie considerablemente y de forma permanente a medida que pasa el tiempo, por lo que los jugadores pueden explorar mundos en los que están sucediendo distintos cataclismos.
Por ejemplo, Brittle Hollow se deshace en fragmentos que implosionan en su núcleo, y en Hourglass Twins un mar de arena de las áridas ruinas de un planeta anega la compleja red de cuevas de otro. Puede que estos planetas no sean tan grandes como los de nuestro universo, pero están llenos de historias y secretos para que cada lugar tenga su parte de protagonismo.
A medida que los jugadores descubran secretos, irán desenmarañando la madeja de misterios que componen la narrativa. Toda la información escrita que se encuentra en el juego tiene una utilidad concreta; no desarrollamos un trasfondo que luego no tiene relevancia en la trama.
El progreso en Outer Wilds solo está limitado por el conocimiento del jugador, así que os recomendamos que no veáis a nadie más jugar hasta que lo hayáis probado de primera mano. Hemos dedicado más de cinco años a crear y perfeccionar Outer Wilds, así que nos hace mucha ilusión que jugadores de PlayStation 4 de todo el mundo puedan disfrutar de nuestra obra a partir del próximo 15 de octubre. Poneos el traje espacial y preparad las nubes de malvavisco, porque el espacio es oscuro y está lleno de horrores.
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