En XR Games, nuestro lema es “la tecnología XR es para todos”. La razón es muy sencilla. La tecnología XR (realidad extendida) acabará produciendo interfaces virtuales prácticamente idénticas a lo que hacemos en la vida real. Un buen ejemplo es Job Simulator, un juego que va de coger cosas. ¿Puedes coger cosas? En caso afirmativo, puedes jugar. Los gatos no pueden porque no son capaces de coger cosas. Los humanos, en cambio, sí.
Aún no hemos desarrollado una tecnología que simule a la perfección las interacciones del día a día en el mundo real, pero hay un montón de juegos y aplicaciones que demuestran que la realidad virtual tal y como la conocemos puede ofrecer interfaces sencillas, divertidas e intuitivas. No hay razón para esperar el siguiente avance tecnológico: queremos hacer juegos molones y queremos hacerlos ahora.
Por ejemplo, The Angry Birds Movie 2 VR: Under Pressure. Es un juego para todos los públicos que está pensado como una introducción a la realidad virtual. Más concretamente, está diseñado para ayudar a que quienes ya conocen la realidad virtual la den a conocer entre la gente de su entorno. Todas las personas que dedican la mayor parte de su tiempo de ocio a los videojuegos están siempre al tanto de nuevos juegos que disfrutar con sus seres queridos. Usuarios de PS VR, aquí tenéis un juego de realidad virtual que podéis compartir con vuestros familiares y amigos. De nada.
Cualquiera puede jugar
La historia de los videojuegos se puede considerar la historia de la accesibilidad a la tecnología. En los años 70, el primer contacto de muchas personas con la informática se produjo con los juegos de los salones recreativos. Cuando Nolan Bushnell pasó de Computer Space a Pong, un juego mucho más sencillo desde el punto de vista conceptual, las instrucciones se redujeron a “devuelve la pelota si quieres ganar”. Después llegaron las naves de Space Invaders, cuyo descenso inexorable era una metáfora de la inminente era de la información, concepto que nos comimos con la voracidad propia de un “comecocos”. De un día para otro, los ordenadores bajaron lo suficiente de precio como para que los padres pudieran comprarlos para contribuir a la educación de los hijos.
Y funcionó. Al presentar a los niños una serie de interfaces tecnológicas mediante los videojuegos, toda una generación comenzó a aprender informática mientras pensaba que estaba haciendo el vago. ¡Estudiaban sin saberlo con Donkey Kong de profesor! Eran buenos tiempos.
Pero todo eso fue en los 80. Desde entonces, han surgido generaciones que han crecido utilizando un ordenador con teclado, ratón y panel táctil. Los mandos de movimiento se han hecho un hueco en millones de hogares. La revolución de los dispositivos móviles ha puesto las pantallas táctiles en manos de bebés. Todo el mundo juega porque cualquiera puede jugar.
Sabemos que la gente tiene ganas de jugar y que disfruta de la experiencia. La pregunta es cómo podemos hacer para que den el primer paso.
Todos queremos jugar en compañía
El factor social es clave. Cuando los humanos juegan, prefieren hacerlo en compañía. Además, cuando una persona prueba un juego por primera vez, es bueno que esté al mismo nivel que quien le ayuda a aprenderlo. También hay que tener en cuenta que la realidad virtual no está recomendada para niños pequeños, así que conviene que los juegos tengan elementos que no utilicen este componente. La tecnología de pantalla social de Sony, que permite a un usuario jugar con el casco y a los demás en el televisor, resulta ideal para el multijugador local. Es un buen punto de partida.
El siguiente paso es crear contenido que puedan disfrutar en compañía personas diferentes. De la misma forma que buscamos pelis y series que ver juntos (que pueden no ser las que elegiríamos para ver solos, pero que se adaptan a todos los gustos), necesitamos juegos que ofrezcan algo a cada persona. Es el caso de Angry Birds, que lleva diez años siendo una vía de acceso a juegos para dispositivos móviles de varios estilos, además de haber dado el salto al cine. Todo el mundo puede coger cosas… y todo el mundo puede jugar a Angry Birds.
Capitán y tripulación
La naturaleza local del juego encaja a la perfección con un modo de juego asimétrico. Hay dos interfaces: una con vista en primera persona con el casco y otra con vista cenital en el televisor. Dos formas de jugar, dos papeles. Ahí comienza todo. ¿Cuál es la premisa? ¿Qué función desempeña cada jugador?
El jugador que lleva el casco de realidad virtual es el capitán del submarino de The Angry Birds Movie 2. Los que juegan en el televisor son su tripulación y se encargan de hacer reparaciones, fabricar torpedos y almacenar tesoros. El primero está al mando de los segundos, a los que enseña a jugar y a desenvolverse.
El capitán supervisa todo lo que pasa y recoge todos los tesoros que puede del mar para que su tripulación los almacene en el submarino. En nuestras pruebas, unos capitanes estaban siempre encima de su tripulación y otros la dejaban ir a su aire. Algunos cogían a sus tripulantes y los lanzaban por los aires sin ni siquiera preguntar. El capitán dispone de muchas herramientas para amenizar las partidas de la tripulación.
Además, cualquier jugador de la tripulación puede dar el paso y ascender a capitán del submarino. La parte de la tripulación es fácil de aprender y de jugar, pero la información es limitada, ya que los jugadores no lo ven todo. El capitán ve en la realidad virtual el mar lleno de peces, corales, tesoros submarinos y ruinas de la antigua civilización de los cerdos verdes. También ve a los miembros de la tripulación correteando de un lado a otro y puede interactuar con ellos. Mola ser capitán.
La comunicación al poder
Entre sus herramientas, el capitán tiene un tirachinas magnético, que es el clásico tirachinas de Angry Birds con un imán incorporado. Puede atraer cosas y lanzarlas, lo que incluye a los jugadores de la tripulación. En otras palabras, el capitán tiene mucho poder. Sin embargo, hay cosas que solo puede hacer la tripulación, como cargar las máquinas y mover las cajas explosivas (que no se llevan nada bien con el tirachinas magnético).
El reparto de tareas fomenta la comunicación. Los integrantes del equipo tienen que planificarse, pedirse cosas, dar la voz de alarma, pedirse disculpas cuando se equivocan… Aquí pasa de todo constantemente. El ejemplo más claro es el clásico TNT de Angry Birds, que en este juego explota cuando termina una cuenta atrás. Hay que deshacerse de él a toda pastilla. El capitán no puede mover el TNT, así que una persona de la tripulación tiene que tirarlo a la caldera. Pero como el capitán es el único que puede activar la caldera, alguien tiene que pedírselo a gritos. “¡TNT, TNT! ¡A la caldera, a la caldera!”. Esta es la frase que más se oyó durante nuestras sesiones de prueba, aparte de “No pasa nada, has hecho lo que has podido”.
Todos a una o todos al agua
¿Qué pasa cuando las cosas salen mal? Cuando estamos jugando con amigos y las cosas se tuercen, lo normal es que nos echemos unas risas. Al fin y al cabo, estamos hablando de un juego con mucho sentido del humor en el que los jugadores meten la pata cada dos por tres, los problemas se acumulan y todo puede irse a pique. Esta estructura abierta con poco estrés y mucha comedia permite que puedan jugar juntas cómodamente personas con distintos niveles de habilidad. Todos aportan su granito de arena y cualquiera puede cometer un error. Las consecuencias pueden ser tan divertidas o más que la victoria.
En este juego, las consecuencias suelen estar relacionadas con explosivos que no están donde tienen que estar, jugadores que se caen a la caldera cuando intentan deshacerse de dichos explosivos y tentáculos gigantes que atizan al submarino mientras el capitán está ocupado en ayudar a sacar a los tripulantes de la caldera. ¡Arrimad el hombro, equipo! Y recordad: una gotera dentro de un submarino es malísima señal.
En definitiva, queríamos desarrollar un juego en el que amigos y familiares tuvieran que colaborar para alcanzar la victoria, y crear una experiencia social positiva en realidad virtual. Las funciones del capitán y la tripulación se complementan de maravilla, por lo que se ofrece una experiencia totalmente nueva en la que el primero dispone de un montón de herramientas para orientar a sus subalternos. Da gusto cuando los ánimos de la tripulación se ponen por las nubes en vez de hundirse… ¡sobre todo cuando están “bajo presión”!
The Angry Birds 2 VR: Under Pressure se lanza el 6 de agosto digitalmente y el 6 de septiembre en tiendas.
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