¡Te damos la bienvenida a esta entrada sobre nuestro próximo juego: House of Ashes! Me llamo Will Doyle y soy el director de juegos en Supermassive Games. Hoy, voy a hablar de monstruos y de la relevancia que tienen en nuestro juego.
House of Ashes tiene lugar en 2003, al final de la guerra de Irak. En lo alto de las montañas de Zagros, una unidad militar de élite busca armas de destrucción masiva cuando es atacada por las fuerzas iraquíes de la resistencia. Durante el fuego cruzado, se abren unos grandes agujeros en el terreno, y ambas partes se ven arrastradas hacia las ruinas de un antiguo templo sumerio. Pero, nuestros soldados no están solos en el abismo: ¡han despertado un nido de criaturas sobrenaturales ancestrales, ávidas de sangre! Nuestros supervivientes tendrán que aprender a esquivar, adaptarse y contratacar a la horda de criaturas que los persigue. Y, para sobrevivir a la noche en las profundidades, deberán forjar una hermandad con sus enemigos de la superficie.
En el sentido más tradicional, los «monstruos» son criaturas grotescas que atentan contra las nociones de la humanidad y el orden natural de las cosas. Nos infunden temor porque su mera existencia hace añicos nuestra comprensión del mundo; esos seres no deberían existir, pero ahí están, en carne y hueso. Los monstruos no siguen nuestras normas: matan, siembran el caos y corrompen. Por supuesto, no todos los monstruos son criaturas sobrenaturales; el término «monstruo» también se aplica a las personas que abandonan su propia humanidad. Cuando un humano se comporta como un monstruo, ¿se le puede seguir considerando humano?
En House of Ashes, queríamos explorar estas temáticas. Las criaturas subterráneas a las que te enfrentarás en el juego son máquinas de matar, salvajes e indómitas. Son reales, pero no soon humanas. De hecho, queríamos que fuesen lo más inhumanas posibles. No piensan ni muestran piedad como nosotros; simplemente, nos quieren ver muertos. Sabíamos que, cuanto más inhumanas fuesen, más sacarían a relucir la humanidad de nuestros soldados. Por desgracia, los personajes que controlas no son todos amigos, y tendrás que tomar decisiones muy complicadas, como en quién confiar, a quién ayudar o incluso a quién dejar atrás. Al ambientar el juego en una zona de guerra, dimos de inmediato con una tensión perceptible entre nuestros personajes: una mezcla de prejuicios, rivalidades y desconfianza. Con unos sentimientos tan potentes en el grupo, empezarás a cuestionarte si las criaturas de las profundidades son los únicos monstruos o no. Para vencer a tus enemigos inhumanos, los supervivientes deben trabajar juntos: nada fácil para unas personas que hacía un segundo se estaban intentando matar.
Muchas de las decisiones que tomarás derivan del propio concepto de supervivencia. En un escenario tan violento, un solo eslabón débil podría hacer que todo se desmoronase. Un camarada herido podría ralentizar al grupo, y un soldado asustado podría revelar vuestra posición. Cualquier peso muerto os arrastrará cada vez más hacia las profundidades del abismo. Deshaceos de él y aumentarán vuestras posibilidades de supervivencia, pero… ¿cómo afectará eso a vuestra humanidad? ¿Realmente sois mejores que esos monstruos?
Hay temibles criaturas acechando al equipo en las sombras: poderosos adversarios que ansían darse un festín con vuestra carne. Por otro lado, podrían surgir las rivalidades y los prejuicios entre los supervivientes y acabar por superarlos. Como jugador, está en tus manos tomar las decisiones más difíciles. ¿Permitirás que unos odiados enemigos se unan por un bien mayor o harás que luchen por su propia supervivencia? ¿Atenderás las súplicas de tus rivales para traicionarlos más adelante? De ti dependen las relaciones que se vayan forjando.
Al final, ¿quién resultará ser el peor enemigo? ¿Ellos o nosotros? En House of Ashes, hay monstruos de verdad, pero no todos tienen colmillos…
Si quieres plantarles cara, no te pierdas la oportunidad de jugar tras el lanzamiento del juego el 22 de octubre. ¡Estamos deseando que veas el resultado por ti mismo!
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