No es fácil explicar cómo se vivió el lanzamiento de la PlayStation original en España, allá por septiembre de 1995. Quizás habría que remontarse un año atrás, cuando la consola japonesa aterrizó en la redacción de Super Juegos. Llevábamos meses leyendo sobre ella, pero solo cuando metimos el disco de Ridge Racer y pulsamos el botón de encendido nos dimos cuenta de la que se nos venía encima. En el mejor sentido.
Aún recuerdo cuando teníamos que “pedir la vez” en la redacción para poder llevarnos a casa la PlayStation japonesa el fin de semana. Avisar a los amigos para que vinieran a verla, liquidar a todos los marcianos del Galaga durante la carga de Ridge Racer para poder enseñarle el coche extra a mi hermano…
Hoy en día PlayStation es un gigante, pero en aquel 1994 Sony únicamente pretendía hacerse con parte del mercado de las consolas. Ni en sus mejores sueños imaginaban adelantar, a velocidad de crucero, a unos rivales que aún miraban despectivamente a aquella recién llegada de color gris. Fue un ascenso meteórico, implacable, que cambiaría para siempre la industria del videojuego.
Hoy en día PlayStation es un gigante, pero en aquel 1994 Sony únicamente pretendía hacerse con parte del mercado de las consolas
PlayStation llegó a nuestro país precedida de una potente campaña de publicidad, pero aún tardaría en tener organizada su estructura en España. Los que trabajaban allí eran pocos, pero incansables. Siempre recordaré la imagen de Maria Jesús López, figura histórica del sector desde los tiempos de la fundación de la mítica ERBE, visitando nuestra redacción de la calle O’Donnell y sacando de su bolso las betas de Lemmings y WipeOut. Una estampa inolvidable que seguía recordándole cuando, muchos años atrás, ocupó el cargo de gerente de PlayStation España.
Eran tiempos en los que aún funcionaba el ECTS, la principal feria europea de videojuegos posteriormente aplastada por el coloso E3, y podías hablar cara a cara con desarrolladores de Psygnosis mientras te enseñaban sus juegos en stands abiertos a todo el mundo o charlar con Chris Deering, el primer presidente de Sony Computer Entertainment Europe con la misma naturalidad con la que hoy en día hablarías con un desarrollador indie en el Gamelab.
El novato se había convertido en el rey del mercado, y su nueva máquina disparó el hype de los jugadores a niveles estratosféricos
El dominio de la consola gris empezó a ser cada vez más acusado y, para cuando se anunció PlayStation 2, el panorama ya era completamente distinto al de 1995. El novato se había convertido en el rey del mercado, y su nueva máquina disparó el hype de los jugadores a niveles estratosféricos. Las revistas tuvimos mucha culpa de ello, mostrando, mes tras mes, los primeros lanzamientos japoneses. Eran otros tiempos y la consola tardó en llegar a Occidente. En Japón desembarcó en marzo del 2000 y para cuando llegó a España, el 24 de noviembre, todo el mundo deseaba llevarse a casa aquel monolito negro.
De nuevo me tocó llevarme la consola los fines de semana, hasta que pude comprarme la mía. Curiosamente, mis mejores recuerdos de aquella época no pertenecen a los típicos juegos que todo el mundo recuerda. Por supuesto jamás olvidaré mi primera partida con la demo de Metal Gear Solid 2: Sons of the Patriots, pero PlayStation 2 siempre me evocará a Smuggler’s Run (el juego de contrabandistas off-road producido por Rockstar) y los inolvidables y espectaculares vuelos en biplano de Sky Odyssey.
También recuerdo como si fuera ayer la tarde en la que nos llegó Grand Theft Auto III, un juego que me asignaron en la Revista Oficial PlayStation porque era fan de los anteriores. Acabamos todos alrededor del televisor mirando aquel prodigio poligonal, conscientes de que estábamos asistiendo a algo absolutamente revolucionario.
Podría seguir enumerando juegos y anécdotas, pero no tendría sentido. Todos tenemos grabados a fuego determinados momentos con nuestras PlayStation. Para algunos será un gol de vaselina del Pro Evolution Soccer frente a un amigo y para otros ver a Psycho Mantis moviendo nuestro DualShock.
Ver el nacimiento de PlayStation y su evolución a lo largo de las sucesivas generaciones ha sido un privilegio compartido con millones de jugadores. Un viaje memorable que empezó con una copia japonesa de Ridge Racer hace la friolera de 24 años.
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